sábado, octubre 22, 2011

MAJESTUOSO CARRUAJE POR JEM WONG




"Lo inaccesible junto a lo impenetrable unido a lo inexplicable,
Lo inexplicable a par de lo inconmensurable; esto es el cielo"
Victor Hugo.

MAJESTUOSO CARRUAJE.

Nubarrones efímeros, agobiantes y efervescentes silencios
Carruaje revolcado en pendiente por mil bestias heridas
El reloj astronómico balancea furioso los extremos
Un final y un comienzo encuentran su centro en un pañuelo.


El legado es la antitesis de palabra que jamás fue escrita
Silencios ensordecedores, la nada grita, la cosa se expande
Una lagrima de sangre tumbada sobre un cristal, sonríe
Cuando misteriosa la casa situada en la cumbre contrasta con el universo.


Falsa es la simetría que distorsiona ventanales y puertas
Caen los techos, se abren los pisos, las luces oscilan, se apagan
Y en el pensamiento se añaden retratos de vacíos sobre los espejos rotos
Por las escaleras corren espesas las breas negras sin sentido.


Y en los bordes de la cornisa canta un mutilado cuervo
Aplastante fuerza no destruyas el hogar ancestral
Hablar hoy no es lo justo, la historia estaba cantada
La dignidad de las palabras no se perderá entre vacíos.


El pensamiento no fue lúcido las señales eran claras
Las advertencias no fueron escuchadas, ni vistas las luces rojas
El discurso no es posible ante una muerte siempre anunciada
Llovieron pestes horrendas de los cielos, no teníamos paraguas.


Él que se atreve a actuar deberá ser responsable de sus acciones
Yo, lo fui, asumí errores, enfrenté el dolor y gané fortaleza
Llevó tiempo superar el legado de angustias y miedos, es cierto
Hablar de las miserias de la historia es un absurdo.


Jamás un elefante disfrutaría de un concierto de violines
Necio fue el amoroso proyecto, dolorosos y confusos los resultados
El ciego tenía ojos sanos pero no deseaba ver
Y el tuerto incrédulamente tapo el único ojo de su gran ego
Voluptuosas y seductoras ecuaciones fueron las armas
De un homicidio voluntario siempre cantado.


Silencios ensordecedores, la nada grita, pero mi yo sigue vivo
Las palabras nunca lograrán ser suficientes, no compensan el dolor
Durante siglos cargue sobre el pecho una lápida sin dirección precisa
La nación de mis sueños fue tantas veces devastada y olvidada
El enlace fantasmal siempre rompió lazos fugitivo.


Hoy no temo a la vida, no temo a la muerte,
Ni a la roja cola del demonio, ni a las lenguas de fuego
No temo a las ideas, ni a las palabras, ni a los cuchillos
Mucho menos a los espejos, ni a corredores oscuros
Siempre fueron todos ellos los súbditos de reinos conocidos.


Cara a cara logré comprender los hechos
y siempre encontré la exacta forma de enfrentarlos
Me libero finalmente de antiguos esquemas
Tomo las riendas del majestuoso carruaje.


Recupero la dignidad de una dinastía ancestral
De la cual soy heredera y jamás volveré a olvidarlo
El derecho de ser feliz a pesar de los boquetes que engalanan el pecho
Y pinto mis sueños, mi nombre y hasta mi sombra
De azules y turquesas imágenes, de rubíes, diamantes y jades
Recupero el derecho de ser el cochero de mi propia existencia.


FANNY JEM WONG
07.01.2007


1467 días de sueños moribundos entre locas carreteras
Aletargada el alma despierta sobre el pescante
No logra ver, pero por fin hoy sonríe
¡Dios salve a la reina!
 

viernes, octubre 21, 2011

ENGENDROS DE LA NADA POR FANNY JEM WONG

ENGENDROS DE LA NADA POR FANNY JEM WONG



 
La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.
(William Shakespeare)

ENGENDROS DE LA NADA POR FANNY JEM WONG


Intentando aferrarse a carnes muertas
Deformados yacen vagando en la memoria
La mano los quiebra, el hambre los achata
Son engendros de la nada arañando paredes.

Corazón fosilizado, negras cruces de olvido
Las huellas de sus llantos, hechicería negra
Asfixiándose con sal asesinan los sentimientos
Bajo el portal del infierno desvanecieras el alma.

Tormentosa locura alimentada de entrañas
Vientos meciendo rabiosos los cabellos de una calva
Nunca nacieron, fueron trampas para cuervos
Relucieron intermitentes frente al espejo empañado.

Fueron ríos de azufres negros disfrazados
Apóstoles del demonio condenando a quien les diera vida
Llorar ausencias ¡Imposible! Fueron solo letras muertas
Hoy su olor de carne putrefacta yace sobre el cemento.

Engendros de la nada, su muerte estaba escrita
Despojos no-natos, venenos dolorosos, dagas heladas,
Disparos de lamentaciones, silencios quejumbrosos
Malditas noches dantescas empuñando causas pérdidas.

Engendros de la nada, pobres cantos bañándose en fango
Danzaron entre lenguas de muerte ¡Nunca fueron!
Las cenizas cubrieron la pluma, la tinta y la cabeza
¡Historia maldita! Ni siquiera Freud comprendería.

Fría, tétrica habitación oscura de versos muertos
Vacía en actitud de olvido desfallece la pluma
Engendros de la nada, solo versos muertos
Poesía maldita, bilis y ácidos cantos oscuros.

Desquiciado trovador, incauto soñador
No eres poesía solo un tonto corazón herido
Tus versos fueron solo engendros de la nada
Nunca serán parte de ninguna historia.

FANNY JEM WONG
15.11 .2006

"Me conoceréis por lo que he escrito..."
NERUDA


martes, octubre 11, 2011

Cartas de Henry Miller a Brenda Venus

 

Cartas de Henry Miller a Brenda Venus

 
Te llamé anoche hacia las diez y media pero no contestaste ¿Estabas fuera o en la cama con otro amante? ¿Has contestado alguna vez mientras estabas haciendo el amor o te has puesto el teléfono entre las piernas? (…) Recibir una montaña de cartas de una belleza como tú me pone un poco caliente (…) Lo importante no es cuándo empiezas a joder sino cómo lo haces. Con el corazón y el alma o sólo con el coño (…) Dios, si pareces violable. Perdona que te lo diga así pero no puedo evitarlo. Parece como si estuvieses lista para ser forzada (…) Me siento culpable por hacerte insinuaciones. A decir verdad estoy profundamente enamorado de una mujer. Es un amor eterno y lo digo en serio. Pero soy un hombre y siempre estoy enamorado de una o de dos o de tres o de cuatro (…) Si los periodistas se enteraran de lo nuestro me ridiculizarían hasta la muerte.

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Me gustaría poder escribirte en ruso, en azteca, en armenio y en iraní. Porque eres ilimitada. Eres lo que los griegos llaman `nada en moderación`. Eres Mona, Anaïs, Lisa, tout le monde, todas combinadas. Fuego, aire, tierra, océano, cielo y estrellas.
Y ahora un hombre de 87 años, locamente enamorado de una mujer joven que me escribe las más extraordinarias cartas, que me ama a morir, que me mantiene vivo y enamorado (un perfecto amor por vez primera) que me escribe tan profundas y emocionantes reflexiones que me siento feliz y confuso como sólo un adolescente podría estarlo. Pero por encima de todo, agradecido, y afortunado. ¿Merezco realmente tan hermosos elogios como tú me dedicas? Haces que me pregunte quién soy exactamente, si me conozco en realidad y qué soy. Me tienes en el misterio. Por lo cual aún te amo más. Caigo de rodillas y rezo por ti, te bendigo con la poca santidad que hay en mí. Viaja feliz, mi queridísima Brenda y no lamentes nunca este romance a mitad de tu joven vida. Los dos hemos sido bendecidos. No somos de este mundo. Somos las estrellas y el universo de más allá.
Larga vida a Brenda Venus. ¡Dios le conceda dicha, plenitud y amor eterno!



Cuando Brenda Venus entró en su vida, Henry volvió a ser el joven y rebelde amante de sus primeros libros. Miller acababa de salir de una desgraciada experiencia matrimonial con la pianista japonesa Hoki y su auto confianza estaba tan maltrecha como su salud. Brenda le devolvió la ilusión y la vida, como un adolescente enamorado.

HOJA DE VIDA POR RICARDO GONZÁLEZ VIGIL

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